Opinan David Fernández y Paz Hormazábal.

Vaya día emocionante que tuvimos en nuestra última Asamblea. Vivimos reconocimientos a nuestros socios, noticias como nuestra nueva Dirección de Innovación y muchas cosas más.

Así, más que ser una instancia para rendir cuentas, se transformó en un espacio para proyectar sueños compartidos. “Estamos reorganizando nuestra casa para que nuestras ideas viajen más lejos”, dijo nuestro gerente, David Fernández. Bajo esa premisa, David presentó los dos grandes pilares de acción de la institución: el desarrollo social -visto desde una perspectiva más amplia- y la innovación como eje transversal.

Y es que, para David, hay una gran clave en todo esto, que es articular: “Nuestro modelo de colaboración está funcionando: lo evidencian los proyectos, los reconocimientos y la integración real de actores diversos”.

Y por supuesto, las voces del directorio no se quedan atrás. Algunos destacaron la importancia de fortalecer la conexión con la ciudadanía y los emprendedores; otros, la necesidad de impulsar la sostenibilidad como un estándar base. Pero todos coincidieron en algo: Cidere no es solo una red de empresas, sino una plataforma de impacto.

Es así como, Paz Hormazábal, vicerrectora de la UDLA en Concepción, expresó también tres cosas memorables que para ella dejó este espacio: “por una parte, el reconocimiento a nuestros socios y a la participación. Eso fue notable. Fue notable también la convocatoria, o sea el saber que la gente se da el tiempo, que quiere estar, que quiere participar, quiere escuchar, quiere saber. Y lo tercero sería la acogida, o sea, nosotros tenemos una acogida que siempre es afectiva y una de las cosas que a nosotros nos mueve es el amor, el cariño, el corazón, el afecto”.

En una región que muchas veces ha debido luchar por ser escuchada, la Asamblea 2025 nos dejó reflexiones que son una bocanada de aire fresco. Ideas que se traducen en acción. Sueños colectivos que, organizados, ya comienzan a tomar forma.